Germinados:
¿Por qué germinar las semillas?
Por Dr. Bernard Jensen
Si Ud. Desea hacerle un bien a su cuerpo, piense en las semillas. La semilla contiene elprincipio de la vida y todos los elementos necesarios para iniciar hasta un árbol, tan gigantesco como la secuoya. Para los nervios y las glándulas, las semillas son maravillosas. Cuando se germinan, su composición química cambia un poco, más aún, mejora. Su naturaleza feculosa se reduce, la vitamina C se desarrolla, y en sus últimas etapas, cuando se les descubre para que les dé la luz, se forman la clorofila y la vitamina A.
Todo el contenido proteico de la semilla también está presente en el germinado. Los germinados de semillas constituyen el alimento más fresco y lleno de vida con que podemos nutrir nuestro cuerpo. Lo verde de su clorofila es el mejor desodorante natural. Da vitalidad y se asimila rápidamente en la corriente sanguínea. Muchas vidas de madres sufriendo de hemorragias post-partum se han salvado gracias a una dieta a base de germinados. Los germinados son insuperables para proporcionar las vitaminas básicas y minerales, son un medio excelente para suplementar los elementos nutritivos de los que carecemos en nuestra alimentación diaria.
Tal vez usted vive en un departamento y se preocupa de cómo conseguir alimentos orgánicos que no hayan sido rociados con insecticidas y tratados químicamente; tal vez le resulta difícil conseguir vegetales frescos durante el invierno. Entonces usted debe cultivarlos en su cocina… Sí, no tan sólo es posible, sino que puede resultar muy divertido. En poco tiempo, será usted entusiasta de los germinados. Todo lo que necesita es espacio para colocar un recipiente, una cacerola, o en un frasco de a litro en un rincón cálido de su cocina, y en breve tiempo y con muy pocos cuidados, usted podrá observar el proceso de la vida desarrollarse ante sus ojos.
Cuando observamos el primer brote que sale de la pequeñísima y oscura semilla, no podemos menos que maravillarnos. La Naturaleza es en verdad pródiga con nosotros. Así es la historia de la vida: de la oscuridad nace la luz. Toda vida empieza en la oscuridad. De la oscuridad de la tierra y la cascarita protectora, la nueva planta se lanza con impulso infalible hacia arriba, hacia la luz. No importa que no haya sido plantada en la debida dirección; se acomodará siempre de modo que el brote crezca en dirección al sol, y sus raíces hacia abajo, hacia la tierra que la alimentará. Juntamos la semilla, la tierra, el sol y la lluvia, y el crecimiento de la planta se produce para fabricar el alimento para el hombre, tal como es la voluntad de la Naturaleza. Dentro del ciclo completo de desarrollo, la parte más vital se completa cuando las dos hojitas salen del brote. Ahí ya está la clorofila. Usted notará que con cualquiera de las plantas –ya sea el germinado de trigo, de centeno o de lentejas-, el proceso de evolución hasta el brote de las dos primeras hojitas, es el mismo.
Hasta esta etapa, el silicio es muy importante. En el hombre, es muy necesario para la comunicación del cerebro con la estructura muscular del cuerpo. En las plantas, controla la comunicación de las raíces con el fruto. Los primeros brotes contienen vitamina C, que se encarga de combatir los gérmenes en el cuerpo, aumenta las resistencias contra los resfriados y despeja las mucosidades. Los germinados de semilla son excelentes para protegernos contra los catarros y la formación de moco.
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